Marketing en internet para empresas de inversiones

By | 12 septiembre, 2012

Marketing en Internet para empresas de inversiones o inversionistas

El marketing siempre ha formado una parte importante de la estrategia de una empresa. No obstante, conseguir decidir cuánto dinero se puede invertir en publicidad y cómo hacerlo es clave para alcanzar el éxito. El objetivo de la publicidad tiene dos puntos de interés; por un lado hacerles saber a los consumidores las ventajas competitivas de los productos o servicios de la empresa y por otro, intentar influir en su comportamiento de compra. Lógicamente hay que conseguir este objetivo de la forma más eficiente posible, es decir, invirtiendo lo mínimo en los recursos. Las capacidades de marketing mejoran la calidad en las decisiones y sus resultados y potencian el efecto del gasto.

Las empresas han desarrollado sistemas de gestión de campañas muy avanzados para comunicarse con sus clientes a través de distintos canales. Los sistemas de afiliados son muy útiles para obtener ingresos a través de la publicidad que se le da a los productos de otras personas. Las herramientas para la gestión de los recursos de marketing son cada vez más eficaces, satisfaciendo todas las demandas. Con el tiempo, se ha ido adoptando una orientación de aprendizaje hacia la realización del “trabajo de forma inteligente” dejando a un lado el “trabajar más” de toda la vida para lograr los objetivos. Los boletines al email son una manera rápida y directa de comunicarse con el consumidor, así las empresas aprovechan para promocionar directamente su producto hacia los clientes potenciales.

Invertir en publicidad

Para invertir en publicidad las empresas deben hacerse las siguientes preguntas: ¿Qué factores tienen en cuenta los consumidores para comprar el producto?, ¿Es conocido o no?, ¿Cómo se comportan los competidores? ¿Cuál es la estrategia de inversión y rentabilidad que debería utilizar? Respondiendo a estas preguntas, dependiendo de a quien se dirijan las empresas tendrán la necesidad de gastar más en publicidad y promoción de ventas. (No es lo mismo una gran empresa que aspire a distribuir sus productos en mercados más amplios qué empresas que sólo pretendan dirigirse a un número limitado de clientes potenciales de su sector.)

El peso de las motivaciones emocionales y racionales del consumidor a la hora de tomar la decisión de comprar un producto también es un punto importante. La necesidad de invertir en publicidad de marca es mayor cuanto mayor sea el peso emocional del consumidor. Por otro lado, es vital establecer la personalidad del consumidor para buscar la mejor manera de hacerle llegar el producto. La publicidad siempre va dirigida a distintas personalidades de consumidor, por eso cada empresa debe determinar a qué tipo de público pretende dirigirse y hacerlo de la manera más adecuada.

A la pregunta ¿es o no conocida la marca? la respuesta es muy sencilla. Sí tenemos un producto que goza de la aceptación de muchos consumidores la empresa podrá permitirse el lujo de hacer publicidad de mantenimiento. No obstante, empresas que han sacado un producto nuevo tendrán que hacer un presupuesto mayor para dar a conocer su producto al mercado (como el caso de EmpireOption). Y ahora es donde se cuestiona ¿qué hacen los competidores? Sí una empresa pretende atacar directamente a otra empresa líder deberá invertir más dinero del que esté invirtiendo dicha empresa para alterar el equilibrio. Otras alternativas, pero más peligrosas, son transformar la estructura del mercado y utilizar recursos distintos a los de los competidores. Pero esto requiere demasiados recursos y la estrategia de marketing en este caso debería estar muy bien definida.

En cuanto a estrategias de marketing hay dos que se suelen aplicar en los mercados de consumo masivo. Tenemos la estrategia de empuje con la cual las empresas concentran todos los recursos de marketing en los principales canales de distribución (precios, descuentos, promociones especiales…) con la intención de que sean los propios intermediarios los que acerquen el producto y convenzan a los consumidores de comprarlo. Por otro lado, la estrategia de tracción permite que la empresa concentre todos sus recursos de marketing en los consumidores con el fin de que sean ellos los que se pasen por los establecimientos en busca del producto y exijan disponer de esta marca en concreto.

Centrándonos en la estrategia de inversión se pueden tener en cuenta estas opciones: invertir incluso más de lo que genera el producto con el propósito de lograr más participación en el mercado y conseguir un alto nivel de rentabilidad en un futuro (estrategia de inversión), invertir en el producto lo necesario para mantener la participación y generar una rentabilidad estable durante unos años (estrategia de estabilidad) o explotar al máximo los recursos para vender el producto con la intención de obtener grandes beneficios a corto plazo (estrategia de explotación). Por lo general, las empresas consiguen un mejor rendimiento invirtiendo en las capacidades de marketing a largo plazo.

 

 

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